Muchos comienzan empresas, proyectos, y logran dirigirlos con éxito, otros se quedan en el camino, otros ni siquiera lo intentan, Porque? Los persigue un gran fantasma “El Miedo”.
La Era pasada de la humanidad, se caracterizó por la lucha del poder, se fortalecieron las creencias de limitación, aprobación externa, pobreza y escasez. Estos esquemas nacieron del deseo de muchos de favorecer un control abusivo, someter, dominar, establecer muchas normas y reglas, muertes violentas, esclavitud, autoritarismo no autoridad.
A estos sistemas de restricción y control, la Religión añadió su cuota, estableciendo creencias de culpa, vergüenza y rechazo hacia el cuerpo, lo material y el dinero. Los niveles de represión, violencia, y contención, generaron en nuestros ancestros el auto rechazo, el inmerecimiento a la riqueza. Estas herencias genéticas se siguen transmitiendo de generación en generación, a través de las memorias genéticas.
De estos estados reprimidos nació lo que denominamos MIEDO. El miedo es un recuerdo ancestral; que muchas personas experimentan cuando desean atraer la riqueza y el dinero, sienten casi instintivamente un miedo a hacer las cosas, miedo a emprender empresas, miedo al futuro, miedo al dinero; de alguna forma su mente subconsciente lo asocia con muerte, pérdida y esclavitud. Es un miedo inconsciente a repetir las mismas experiencias de los ancestros.
Es probable que muchas personas al querer emprender proyectos también experimenten un miedo inconsciente a ser rechazados, a no ser aprobados, o incluso se les dificulte avanzar en sus proyectos, porque en sus memorias genéticas yace un rechazo al cuerpo, a lo material, creencia alimentada por la religión durante mucho tiempo.
La recomendación es elevar la autoestima, reconocer los grandes potenciales que el cuerpo posee, procurar vivir el ahora, para no fluctuar en los niveles del pasado o del futuro, gozar tanto el camino como la meta. Establecer proyecciones futuras, sueños, planes, pero sin aferrarse a los resultados que puedan expresarse, aprender a ver los errores como oportunidades, agradecer por cada logro, desafío y muy especialmente escuchar la voz interna, soltar la necesidad de aprobación externa.
Zyntya.
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